E.U.A. y China

El presidente Obama ha llegado a un momento de posicionamiento en su administración que lo vuelve candidato fiel a establecer la política que marcará su administración y no solo aquella que resulte del eco de su campaña, por cierto una campaña que recogió millares de voces y por lo mismo estableció una figura divinizada que hoy empezamos a humanizar y así entendemos el porqué de la caida de su popularidad.

Obama es un presidente cuya imagen aportaba un nuevo perfil internacional a la economía más grande del mundo, sin embargo en su reciente visita a China no mostró el "estilo" habitual americano, un estilo firme y acentuado que dejara en claro a la potencia asiatica los caminos por los cuales debe construirse la economía del futuro, y más ahora en estos tiempos poscrisis.

No se lograron acuerdos importantes en materia sancionadora de prácticas desleales en comercio exterior, tal parece que el común "dumping" no imperó en las pláticas (al menos las públicas).

Son estos tiempos, los posteriores a las crisis, los mejores espacios para la reflexión, para la crítica segura que nos permita establecer los elementos suficientes para asegurar nuestro sostenido desarrollo como mundo. Ya hemos vivido el cisma del deterioro y esto motivó una serie de diagnósticos que desde la trinchera económica, política y social cambiaron incluso paradigmas aquilosados como sociedad, la idea de la especulación, la necesidad de la diversificación, la multifuncionalidad en los campos laborales, la exigencia de la preparación y la oferta laboral barata sobre la experimentada, todos ellos construyeron un diagnosis fino, pero es tiempo ahora de hacer el pronóstico, lo que sobreviene y por ende la terapia, es decir los sucesivos pasos que nos lleven de este panoramo a uno mejor. más firme, sostenido.